En este día nos fuimos 150 kilómetros al norte de nuestro alojamiento. Hacia el Parque Nacional Pan de Azúcar, creado en 1985 (compartido por las Regiones de Atacama, y Antofagasta, al norte):
Nos despedimos definitivamente del hotel, en el que nos hubiera gustado pasar más tiempo:
Los tejidos llamados aguayos, tan típicos de estas tierras, eran parte fundamental de la decoración:
Así nos volvimos a internar en el desierto, primero hacia la costa, y luego hacia el norte, mediante la ruta 5 (Panamericana Norte).
Volvimos a pasar por la zona pedregosa del día anterior. En las fotos, no se aprecia, pero impacta el verla al natural.
En esta mañana, hacía su aparición la bruma marina o neblina costera, aquí llamada "camanchaca", que aporta la escasísima humedad que llega a este área (y que es totalmente aprovechada por la tierra y por las gentes con los llamados "atrapanieblas", con los que se consigue captar agua de estas brumas) :
Dejamos atrás la localidad costera de Chañaral, que da entrada al parque.
El asfalto deja paso al camino de tierra y sal prensada (C-120).
El asfalto deja paso al camino de tierra y sal prensada (C-120).
Al poco, divisamos una gran playa, la Playa Amarilla (1):
Preciosa y tranquila playa que hubiera deseado que estuviera más limpia. La zarpa del hombre se encuentra por doquier (restos de plásticos, anzuelos de pesca..., en fin).
Y así llegamos a la playa Pan de Azúcar (3), con la vista de su islote del mismo nombre, y la escasa vegetación que se nutre de la camanchaca:
Retomamos la ruta para internarnos más en el parque:
Los colores ocres del paisaje son increíbles (4).
Poco a poco las nubes se iban abriendo, dejando a paso a un cielo intensamente azul:
De vuelta a la ruta 5 (Panamericana Norte), ya fuera del parque, el paisaje sigue siendo desértico con colores cambiantes, ocres, verdes, grises,...(5 y 6):
Luego la ruta 5 vuelve a trazarse pegada a la costa en la localidad del Chañaral (7):
Y en una vuelta del camino, en una explanada en la que se podía parar, descubrimos este islote lleno de leones marinos sesteando:
Y allí se quedaron tranquilos en su islote, con este primer (y último) plano de flores de desierto:
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