viernes, 30 de abril de 2021

Cosas Curiosas de Chile: Miguel Hernández, la Historia nunca acaba de escribirse

Nadie me salvará de este naufragio
si no es tu amor, la tabla que procuro,
si no es tu voz, el norte que pretendo.

 Miguel Hernández.

Escribiendo la entrada anterior del blog, sobre la Biblioteca Nacional de Chile, descubro, como dato curioso, que el Archivo Histórico Nacional (situado en el mismo edificio que la Biblioteca Nacional), conserva cartas del poeta Miguel Hernández escritas al diplomático chileno Germán Vergara Donoso

Parece que ambos se conocieron solo una tarde en la embajada de Chile en Madrid (lugar en el que trabajó Germán Vergara), pero se trabó entre ellos una amistad que se mantuvo de forma epistolar, desde junio de 1939, hasta dos meses antes de la muerte del poeta, acaecida el 28 marzo de 1942.

Las cartas salieron a la luz en 2015 tras la investigación del historiador y periodista español, especializado en Chile, Mario Amorós.

En ellas, se descubre que el diplomático chileno, intentó mediar para mejorar la situación del poeta (tratando evitar su condena, o procurando, por ejemplo, su traslado a cárceles más salubres) y la de su familia (haciendo envíos periódicos de dinero su mujer e hijo). Miguel Hernández le llega a llamar familiarmente "tío" o "padre político", en algunas de esas msivas, a pesar de que entre ellos no había ningún parentesco.

Entre las cartas, donadas, entre 1989 y 1993, junto con otros documentos al Archivo Histórico Nacional por la familia del diplomático conservador chileno, también se conservan misivas que el poeta español intentó hacer llegar a Pablo Neruda, cartas de amigos de Miguel Hernández y de la viuda del poeta a Germán Vergara Donoso, agradeciéndole la ayuda económica, o comunicándole el deceso del poeta en 1942.

La historia curiosa, puede leerse en este artículo de la agencia Efe, y verse resumida en el siguiente vídeo:

Vídeo resumen de este curioso descubrimiento.
  
Documentando esta entrada, descrubro anécdotas sobre los ojos de Miguel Hernández, comprobando que "las historias", se despliegan y despliegan infinitas veces como fractales. No existen fotos en color del poeta oriolano. Recientemente Rafael Navarrete (funcionario, estudiante de Bellas Artes frustrado, autor de mágnificas revisiones coloreadas de antiguas fotos en blanco y negro en @historiacolor), definió y dio color (evocando a lo que en Chile llaman retratos iluminados de nuestros antepasados) a la foto del carnet de zapadores del poeta. Al darle color a los ojos... ¿cómo eran? En los documentos de la milicia se dice que sus ojos eran pardos, marrones. Su mujer decía que sus ojos eran verdes (debería ser el dato más fiable). Su amigo Vicente Alexandre llegó a decir que eran ¡azules!. ¿Serían de ese verde oliva que a veces parece pardo? En lo que sí coinciden todos, es que cuando el poeta falleció, no fue posible cerrarle los párpados, cerrarle los ojos.
 
El poeta chileno Pablo Neruda hizo esta descripción de Miguel Hernández, y de esos ojos que no lograron cerrar: "...su rostro era el rostro de España. Cortado por la luz, arrugado como una sementera, con algo rotundo de pan y de tierra. Sus ojos quemantes, ardiendo dentro de esa superficie quemada y endurecida al viento, eran dos rayos de fuerza y de ternura".
 
Recomiendo la lectura del árticulo sobre "El misterio de los ojos de Miguel Hernández" (La Opinión de Murcia), donde puede verse la foto coloreada y más definida.
Y este otro artículo titulado "Quijote Hernández, el miliciano de triste destino" (El Español), donde seguramente descubra algunas cosas que desconocía del poeta.  
 
 Dibujo a carboncillo y sanguinas de la foto "a color" de Miguel Hernández (su nariz, eso seguro, estaba torcida), para el cuaderno de viaje.  
 
Para el hijo será la paz que estoy forjando. 
Y al fin en un océano de irremediables huesos
 tu corazón y el mío naufragarán, quedando
una mujer y un hombre gastados por los besos.
 
Miguel Hernández. 

lunes, 12 de abril de 2021

Paseos por Santiago de Chile: Biblioteca Nacional de Chile (8/02/2018)

Al lado de poniente del Cerro Santa Lucía (separado de él por la Plaza Benjamín Vicuña Mackenna), se encuentra el edificio de la Biblioteca Nacional de Chile

El subte más cercano es Santa Lucía.

La institución de la Biblioteca Nacional como tal, existe desde 1813, y su sede, ha ocupado disitntos lugares en la ciudad, hasta ubicarse en este edificio, cuya fachada principal asoma con sus imponentes columnas a la Alameda (Avenida Libertador Bernard O'Higgings), desde 1925.

Biblioteca Nacional (Santiago de Chile)
La Biblioteca Nacional vista desde La Alameda con sus cúpulas metálicas y columnas de doble altura diseñadas por Cristián Gredig.

Planteada como depósito para las colecciones de libros de instituciones (como los jesuitas y conventos en general), de donaciones o adquisiciones de colecciones particulares (como las bibliotecas de Mariano Egaña, unos 10000 ejemplares, Andrés Bello, 1500 ejemplares o Benjamín Vicuña Mackenna, unos 1600 ejemplares), o como depositaria de ejemplares de cada libro, revista o periódico impreso en el territorio, la Biblioteca Nacional tuvo su primera ubicación en las dependencias de la Universidad de San Felipe (donde actualmente se situa el Teatro Municipal de Santiago). 

Biblioteca Nacional (Santiago de Chile)
Entrada principal de la Biblioteca.
 
Biblioteca Nacional (Santiago de Chile)

Biblioteca Nacional (Santiago de Chile)

Más tarde (1823) fue trasladada al edificio en el que hoy está el Museo de Arte Precolombino, y posteriormente ocupó otras dos sedes, hasta que finalmente el estado adquirió unos terrenos pertenecientes a las monjas Clarisas (convento e iglesia en una manzana de 11000 metros cuadrados), lugar en el que se planeó la construcción del actual edificio. 

Antiguo convento de las clarisas (fachada blanca con torre) que se demolió para construir la actual Biblioteca Nacional. Al fondo puede verse el cerro Santa Lucía.

Fotografía de Odber Heffer Bissett (1860 Saint-John, New Brunswick, Canadá - 1945)

Fuente Cultura Digital UDP, bajo licencia CC BY-NC-SA 4.0: https://culturadigital.udp.cl/index.php/coleccion/coleccion-odber-heffer/

Demolición del convento de Santa Clara, fotografía de 1914, para la construcción del edificio que albergaría la Biblioteca Nacional de Chile.

La demolición del antiguo convento concluyó en 1913. Y en agosto de ese mismo año se inició la construcción del nuevo edificio. Las obras se inauguraron oficialmente ese mismo año (con presencia del presidente de la república Ramón Barros Luco), aunque su construcción, por etapas, continuó hasta 1963. 

Proyecto (año 1913) para la fachada de la nueva Biblioteca Nacional.

Fuente Memoriachilena: http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-86957.html

El nuevo edificio proyectado por el arquitecto Gustavo García del Postigo, originalmente con forma de Cruz de Malta, fue concebido inicialmente para albergar también otras dos instituciones, el Archivo Histórico Nacional y el Museo Histórico Nacional, que ocuparían dos de las ramas de la cruz, siendo las otras dos ramas y la parte central destinadas a la Biblioteca Nacional.

Proyecto de 1915 de Gustavo García del Postigo con planta en forma de cruz de Malta para la Biblioteca Nacional de Chile.

Finalmente dos de las ramas de la cruz (la poniente y norte) no llegaron a construirse y el Museo Histórico Nacional fue ubicado en otro lugar. Así, la rama oriental del edificio es utilizada por el Archivo Histórico Nacional y la rama sur y el cuerpo central, por la Biblioteca Nacional.


 Planta actual del edificio. Las ramas norte y oeste de la cruz, finalmente no fueron contruidas. La rama este, que da la calle Miraflores y Plaza Benjamín Vicuña Mackenna, estaría ocupada por las dependencias del Archivo Histórico Nacional.

Construcción de tejados y cúpulas de la Biblioteca Nacional de Chile, uno de los primeros edificios de la ciudad que aplicó el hormigón armado en su construcción. Fue declarado Monumento Nacional en 1976.

Fuente Memoriachilena: http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-85041.html

En el interior, destacan las vidrieras, las pinturas murales, las tallas de madera, trabajos en yeso, herrerería, balaustradas de hierro y bronce en escaleras, pisos de mármol y granito.

Biblioteca Nacional (Santiago de Chile)

Biblioteca Nacional (Santiago de Chile)


Biblioteca Nacional (Santiago de Chile)

Biblioteca Nacional (Santiago de Chile)

Biblioteca Nacional (Santiago de Chile)

En cuanto a sus fondos, la Biblioteca Nacional de Chile posee alrededor de treinta incunables (libros anteriores a la invención y uso de la imprenta), entre los que los que habría un ejemplar de "Las Siete Partidas" de Alfonso X el Sabio. También habría un facsimil de 1861, del De insulis inventis. Epistola Christofori Colom, de Cristobal Colón de 1493.

Biblioteca Nacional (Santiago de Chile)En la Biblioteca me encontré este títpico retrato de Pedro de Valdivia de Federico Madrazo. ¿Sería el original?
 
Biblioteca Nacional (Santiago de Chile)

Wikipedia dice que es un retrato pintado por Federico Madrazo en 1854 y regalado por la Reina Isabel II a la Ilustre Municipalidad de Santiago.

En el cuadro que ví en la Biblioteca Nacional, en la parte inferior del marco, hay un texto que dice "Obsequio de Doña Ana Luisa Zaso a J.T. Medina para la sala que lleva su nombre para la Biblioteca Nacional".

Biblioteca Nacional (Santiago de Chile)
 Antigua y moderna sala de lectura y consulta.

Biblioteca Nacional (Santiago de Chile)

Biblioteca Nacional (Santiago de Chile)
Otra sala de lectura adornada por un fantástico mural de pintor de origen francés, afincado en Valparaiso, Loro Coirón (Thierry Defert), con dedicatoria incluida.
 
Biblioteca Nacional (Santiago de Chile)

Biblioteca Nacional (Santiago de Chile)
Los juegos visuales de las espirales de las barandillas de miradores y escaleras, son una belleza.

Biblioteca Nacional (Santiago de Chile)
 
Y por fin la sala José Toribio Medina, abogado, bibliógrafo, coleccionista, hisoriador e investigador chileno, benefactor y donante de la Biblioteca Nacional, a quien doña Ana Luisa Zaso donó en retrato de Pedro de Valdivia para que adornara su sala en la Biblioteca (desobedientes con esta voluntad han sido).

Biblioteca Nacional (Santiago de Chile)
Biblioteca Nacional (Santiago de Chile)
Bien es cierto que en la sala José Toribio Medina, forrada de madera y volúmenes, no queda ya mucho espacio para cuadros.
 
Biblioteca Nacional (Santiago de Chile)
En el techo, frescos del puerto de Sevilla.
 
Biblioteca Nacional (Santiago de Chile)

Biblioteca Nacional (Santiago de Chile)

Biblioteca Nacional (Santiago de Chile)
Frescos del Archivo General de Indias en Sevilla.
 
Biblioteca Nacional (Santiago de Chile)
Y del Castillo de Simancas (Valladolid).
 
Biblioteca Nacional (Santiago de Chile)
Frescos, yesos, vidrieras y balaustradas.
 
Como visitante, puede moverme por salas de exposiciones temporales y las zonas destinadas a las visitas, que, guiadas, solo se hacen para grupos. Revisando las fotos veo que no pude entrar en algunas salas, seguramente destinadas a investigación o a estudio y fuera del recorrido permitido a los visitantes (al menos en aquel momento).
 
Biblioteca Nacional (Santiago de Chile)

Biblioteca Nacional (Santiago de Chile)
 
En la salida hacia la calle Miraflores (ala este), en aquellas fechas, había una exposición temporal sobre arpilleras chilenas (a las que tan aficionada era Violeta Parra).
 
 Biblioteca Nacional (Santiago de Chile)
 
Biblioteca Nacional (Santiago de Chile)