Este día regresamos a la Isla de Santiago, a la idílica playa Espumilla (11), de arena rojiza.
Que se ve así, desde satélite:
Daba pena pisar la playa inmaculada:
Pero claro, sucedía que no podíamos volar como los piqueros, así que las huellas se iban empezando a notar:
Íbamos a dejar huellas de diversas partes del cuerpo, vaya:
Porque daba gusto sentarse a ver ese agua absolutamente transparente:
O pasear hasta los extremos de la playa para ver el ajetreo de los pájaros:
Y es que era un espectáculo ver a los piqueros dejándose caer como flechas en el mar para pescar:
La playa aparentemente vacía, estaba llena de vida.
Con pájaros ostreros de Galápagos (Haematopus palliatus galapagoensis):
Con huellas que no eran nuestras:
Entre la vegetación de la playa, una garza morena (Ardea herodias):
Y con cantidad de pájaros que se alimentaban en la orilla:
Gaviotines cabeza blanca que se aprovechan de las capturas de los pelícanos.
Y por supuesto, los piqueros de patas azules, que nos deleitaron con sus cabriolas y caídas en picado en busca de peces.
Aquí, la secuencia de una de esas demostraciones:
Los pelícanos intentan hacer algo "parecido", pero les queda mucho menos elegante y lucido:
Y menos aún con los gaviotines subiéndoseles a la chepa y rapiñándoles la comida:
Nos despedimos de esta playa, alejándonos a lo largo de la orilla para hacer un snorkel. Algunas imágenes de ese "bajo el agua":
Una estrella de mar pirámide (Pharia pyramidata).
Lo que creo que es un pez loro.
Un grupo de chopas negras (Girella freminvillii)
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