Por la tarde nos encaminamos al campo de lava más asombroso que he visto nunca: la bahía Sullivan (12), en la isla Santiago.
Algunas instantáneas del camino por mar hacia bahía Sullivan, costeando la isla Santiago:
Así se vería la zona desde satélite:

Desde la bahía Sullivan, se ve de frente la isla Bartolomé (ver entrada sobre la visita a esta isla), con su característico pináculo.
La lava llega hasta el mar, desde donde se inicia el recorrido:
Las capas más superficiales de lava que cubren este lugar, datan de finales del siglo XIX y principios del XX (1897-1903), por lo que se ven muy recientes, apenas erosionadas, con formas asombrosas que parecen casi tiernas, líquidas, aún en algunas zonas.
A lo lejos, una garza morena entre la lava:
La lava es de tipo cordada o pahoehoe (término hawaiano), que describe su increíble aspecto de cuerdas, tripas y tejidos arrugados:
Incluso quedan vestigios de pequeñas y grandes burbujas de lava. Algunas, lamentablemente, se han roto:
En otros lugares, las formas y fracturas de las capas de lava dan lugar a micropaisajes asombrosos:
Las formas que dejó la lava tierna son infinitas en este lugar, y hacen volar la imaginación.
Al finalizar el recorrido llegamos a una fantástica playa de arena blanca con vistas al pináculo de la isla Bartolomé.
Las formaciones de lava se cubren de fina arena y entran bajo el agua del mar, donde nos meteríamos a hacer el siguiente snorkel:
Mientras tanto, algunos lobos marinos descansaban entre la lava:
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