Meter la cabeza en el agua salada de Punta Espinosa, en Isla Fernandina, fue sencillamente inolvidable.
Al principio poco nuevo, un fondo bonito, agua bastante fría, con más visibilidad que otros días: algas, corales, erizos de diversas clases, y los peces de colores que ya veníamos viendo desde días anteriores.
Distintos tipos de erizos, algunos tipo "punta de lápiz".
Un par de peces "bandera"
Cardumen de "ojones".
Peces "sargento mayor".
Un esquivo pez "damisela".
Pez "vieja ribeteada" macho.
Pero pronto empiezan a aparecer animales más grandes en distintos lugares o al mismo tiempo, sin que sepas a cual prestar tu atención.
Por partes. Empezamos a descubrir a las iguanas marinas nadando en agua:



O nadando entre peces.
Vistas desde fuera, asoman su cabeza negra, que parece una roca:
O buceando para agarrarse al suelo donde arrancan algas que comen como pasto:
O saliendo fuera del agua, al lugar que buscaban para tomar el sol después de sus inmersiones en un agua bastante fresca:
Compartido con cangrejos y pelícanos.

Buscando el lugar de reposo de las iguanas, aparece un león marino en el horizonte, recortando en silueta:

También aparecen las tortugas verdes, a su aire, como si nada fuera con ellas, nadando despacio, como volando, mecidas por las olas, o pastando como las iguanas, en el fondo verde:





Llegaron a juntarse un par de tortugas:
Luego, hay momentos, en que los distintos bichejos empiezan a amontonarse donde quiera que mires:
Iguana y tortuga, ignorándose.

Iguana, tortuga y pez "vieja ribeteada" macho (en tres planos y niveles, como cuadro flamenco).
Y por fin aparecen, al principio distantes, pero rápidamente, atrevidos y tremendamente juguetones, los leones marinos:

Como mamíferos, que en el agua parecen perros nadadores, se siente mucha afinidad hacia ellos.
Bajo el agua, parece que toda su vida es juego.
Iguana (al fondo) y león marino:
Estos sí que interaccionan: los leones marinos juegan con las iguanas, y las molestan bastante, la verdad. Son muy gamberros: les dan en la cabeza con el hocico cuando las iguanas están pastando en el fondo, o les tiran de la cola cuando van a salir del agua, como en esta foto:
No les hacen nada, salvo molestarlas: los leones marinos no son depredadores de las iguanas, pero sí son muy pícaros, y poco tímidos.
Aquí leones y tortuga. Se ignoran.
A veces, pareciera que solo quieran atraer tu atención sobre ellos cuando te estás fijando en otros bichos.
Son muy ágiles, y curiosos. Nadan entre la gente virando rápidamente entre unos y otros sin un solo roce. A veces, se acercaban a las cámaras, queriendo saber qué era eso:
Este cachorro de león marino de color gris plateado fue especialmente interactivo con nosotros los humanos:

Al cabo de un tiempo, este cachorro, acabó abrazado a una de las personas del grupo, como si fuera quizá su madre. La rodeó despacio, con sus aletas y estuvo un buen rato a su lado, muy quietecito y tranquilo:
Mientras esto ocurría, los demás mirábamos la escena totalmente perplejos.

Luego, se separó para seguir curioseando y nadando entre los demás, y con otro par de leones, que parecían más mayores:
La
experiencia de interaccionar, tan cerca, con los leones fue asombrosa:
se acercaban, querían saber, jugar, indagar, con increíble plena confianza. A pesar del frío del agua,
nadie quería que terminara esa zambullida en la Isla Fernandina.

Normalmente parlanchines al retirarnos en la barca, ese día todos nos iríamos callados, impactados por la experiencia.
Desde allí, y por un mucho rato perplejos por lo vivido, nos trasladamos a otro snorkel y visita en el siguiente punto del recorrido. Algunas ballenas y rayas saltaron fuera del agua, solo había que estar mirando al sitio adecuado, en el instante preciso.
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