Después de aterrizar en Calama, nos dirigimos en el coche alquilado hacia San Pedro de Atacama.
Bolivia queda muy cerca. En un tiempo visitaríamos esa esquina del país: la Reserva Nacional Eduardo Abaroa.
Es un trecho de casi hora y media con largas rectas por la ruta 23, que atraviesa, en parte, el inmenso "Llano de la Paciencia".
Antes de llegar a San Pedro de Atacama, y ya en la que llaman "Cordillera de la Sal", es parada obligada el "mirador de Kari", sobre todo si se está poniendo el sol en ese momento, como nos ocurrió a nosotros.
Desde el mirador, de frente, se tiene una panorámica del "Valle de la Luna", desde lo alto de un borde natural de roca y arena.
Los pliegues, repliegues y cárcavas que se ven desde el "mirador de Kari", en esta foto, a vista de satélite (según Google Earth).
Mirando
desde allí, a la derecha se pone el sol acentuando el relieve y los
colores ocres de los infinitos pliegues del paisaje.
Sentarse a ver cambiar la luz y las sombras en ese paisaje es un autentico deleite.
Y da miedito ver a la gente tan al borde, la verdad, porque en las fotos igual no se aprecia tanto, pero hay una buena altura.
La luz cambia cada segundo.
A la derecha va poniéndose el sol:
Vista más hacia el oeste.
Panorámica.
En realidad,
comprobamos que desde nuestra última visita en septiembre de 2015,
habían cambiado unas cuantas cosas. Entre otras, la "piedra del coyote"
propiamente dicha, estaba acordonada, porque la verdad parecía bastante
peligroso hacerse fotos en esa roca que queda al aire sobre el precipicio.
Algunas otras zonas estaban precintadas también. Los humanos somo
bastante atrevidos y me temo que esto lleve, a la larga, a precintar todo
el borde del mirador. Además encontramos mucha más gente en esta ocasión.
Como puede observarse algunas de estas piedras del borde están agrietadas y otras están al aire, como un balcón (ambas cosas ocurren en la piedra del coyote).
Y a la izquierda
queda la cadena de volcanes de los Andes, que toman colores morados en
el atardecer.
(estas fotos están tomadas de la visita anterior, septiembre de 2015, en la que hubo luna llena y eclipse)
El magnífico volcán Licancabur (5920 m.s.n.m) mientras salía la Luna.
Sin embargo
reconozco que andar cerca del borde de este mirador lunar es
impresionante, y que este fue para mí un momento maravilloso:
Por la noche elegimos uno de los pintorescos restaurantes que tiene "la metrópoli" (y no es broma) que en estas tierras es San Pedro de Atacama:
¡Con grupo musical incluido!
En las paredes cerámicas que evocan las culturas precolombinas que habitaron estas tierras. Eran atacameños, quizá un poco aymaras, quizá algo diaguitas:
Por la noche refresca en San Pedro de Atacama, y se agradece un fuego cerca.
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