lunes, 13 de febrero de 2017

Viaje a Isla de Pascua: Volcán Rano Raraku (enero y diciembre de 2016)

Rano Raraku es el volcán situado al este de Pascua, próximo a la costa, considerado "la cantera" en la que se esculpían los moáis que luego eran llevados a cualquier parte de la isla, a través de una red de caminos llamada "camino de los moáis":

Imagen aérea del volcán Rano Raraku desde la ladera sur (donde se encuentran la mayoría de los moáis). Los moáis tallados en el interior del volcán eran sacados fuera por la hendidura que se ve a la izquierda del cráter (y que es el acceso hacia el interior).
Fuente: http://www.konakoalodge.com/isla-de-pascua-kona-koa-lodge-activities/ 

Ya desde lejos pueden verse las laderas del volcán llenas de pequeñas rocas entre el pasto, que anuncian lo que uno va a encontrarse:

Rano Raraku, Isla de Pascua

Rano Raraku, Isla de Pascua
El volcán Rano Raraku, con los moáis que salpican la ladera.

Rano Raraku, Isla de Pascua

Las laderas de este volcán están formadas por ceniza volcánica compactada, llamada toba, que los antiguos isleños tallaban usando toscas herramientas de basalto (más duro que la toba), llamadas "tokis".

Rano Raraku, Isla de Pascua

La zona era llamada originalmente Maunga Eo o "cerro perfumado", debido a la existencia en el lugar de una planta aromática.
 
Rano Raraku, Isla de Pascua

Es un lugar asombroso, en el que quedan 397 moáis abandonados en diferentes fases de tallado (tanto en las laderas interiores como exteriores de la zona sur del volcán), pero muchos de ellos prácticamente acabados (a excepción de la oquedad de los ojos) y puestos en pie, aunque actualmente cubiertos hasta el pecho o el cuello por la tierra que se ha ido acumulando con el paso del tiempo.

Rano Raraku, Isla de Pascua

Una vez que se entra en la cantera, el camino de la izquierda conduce, por una hendidura, al interior del volcán. Se llega a una laguna de agua dulce, que cubre el cráter de 650 metros de diámetro. Es una laguna de entre cinco y siete metros de profundidad, con juncos y plantas como la totora (aquella con la que los incas del lago Titicaca construían sus barcas), y desde la que pueden verse las laderas que caen hacia la laguna, con unas cuantas decenas de moáis abandonados. 

Rano Raraku, Isla de Pascua
Las cabezas de los moáis sobresaliendo entre el pasto de las laderas.

Rano Raraku, Isla de Pascua
A la derecha de la foto puede observarse una cabeza de moái en la que se realiza la excavación que describe este enlace.
Rano Raraku, Isla de Pascua
 Detalle de las cabezas de moái.

En esta laguna, durante la festividad más importante de la Isla, la Tapati, los participantes realizan pruebas de nado y remo sobre un flotador de totora, y carreras cargados de racimos de plátanos.

Rano Raraku, Isla de Pascua


Si al llegar al volcán, se toma el camino de la derecha, se realiza un recorrido impresionante, rodeando el exterior sur del volcán, paseando entre moáis abandonados en todas las formas posibles: erguidos, inclinados, tumbados, tallados, rotos, sobretallados, esbozados, aún unidos a la piedra por la espalda...

Rano Raraku, Isla de Pascua

Rano Raraku, Isla de Pascua

Rano Raraku, Isla de Pascua
Los dos moáis más representativos que aparecen en las portadas de muchas guías de viajes.

Rano Raraku, Isla de Pascua

Este es uno de los moáis excavados por el noruego Thor Heyerdahl, para tratar de determinar su grado de acabado y altura (más o menos la cabeza suele ser un tercio de la altura total):
Rano Raraku, Isla de Pascua

Los moáis semienterrados han conservado, bajo tierra, los detalles y el color amarillento de la toba original.

Imagen de dos moáis desenterrados distintos (izquierda, el de Thor Heyerdahl en la ladera exterior sur, y el de la derecha, en la ladera interior sur del volcán).

Paseando por Rano Raraku, uno se pregunta, ¿por qué los abandonaron?, ¿por qué tantos al mismo tiempo?, ¿eran descartes?, ¿era esto una especie de expositor de moáis (claramente se tallaban muchos a la vez) y los que quedaron enteros no gustaron a ninguna tribu para llevarlos a sus plataformas?

Rano Raraku, Isla de Pascua

Rano Raraku, Isla de Pascua
Moái boca abajo con la cabeza partida.
Rano Raraku, Isla de Pascua

Rano Raraku, Isla de Pascua
Detalle de los experimentos de los escultores sobre los moáis descartados: se talló un moái completo sobre la cabeza de un moái descartado.

Rano Raraku, Isla de Pascua

Rano Raraku, Isla de Pascua
Rano Raraku, Isla de Pascua

Rano Raraku, Isla de Pascua
Rano Raraku, Isla de Pascua

Rano Raraku, Isla de Pascua

Rano Raraku, Isla de Pascua
 Moái con uno de los primeros barcos europeos del siglo XVIII, tallado en el torso, descubierto en una de las exploraciones de Heyerdahl.


Rano Raraku, Isla de Pascua
Por toda la roca parecen verse narices, ojos, barbillas...

Rano Raraku, Isla de Pascua
Moái super estilizado.

Rano Raraku, Isla de Pascua
El moái más largo tallado en la cantera: veintiún metros (!).

El incremento en el tamaño de los moáis fue posiblemente una de las causas de su ocaso, ya que cada vez eran más difíciles de manejar y poner en pie, a lo que había que añadir la, cada vez mayor, falta de recursos vegetales (troncos y cuerdas) para transportarlos o ponerlos en pie.

Progresión en el tamaño de los moáis.

Moáis en fases iniciales de talla:

Rano Raraku, Isla de Pascua
Rano Raraku, Isla de Pascua

Rano Raraku, Isla de Pascua

Los moáis se esculpían boca arriba: nariz, boca, torso, brazos,... Después el moái se separaba de la roca por la espalda, por la llamada "quilla". Entonces, el moái se dejaba deslizar por la ladera para que cayera en los fosos excavados en la tierra que ayudaban a que el moái quedara de pie. Allí se les tallaban los detalles de la espalda (tatuajes, taparrabos,...). Después, los elegidos se transportaban hacia los lugares en los que serían puestos en pie.

 Proceso de tallado descrito en el Museo Sebastián Englert de Isla de Pascua.

 Imagen aérea de moáis tallados en la piedra del volcán.
Prueba de tallado realizada por Thor Heyerdahl.

Recreación del tallado por los rapa nui.

 Herramienta de basalto (toki) utilizada para esculpir.

Moáis aún unidos a la roca por la quilla.

Algunos números alrededor de los moáis, en el Museo Sebastián Englert de Isla de Pascua.

Al final del camino que recorre la ladera sur exterior del volcán, se llega hasta el extraño, y distinto moái arrodillado (llamado Tukuturi), desenterrado por Thor Heyerdahl en sus investigaciones de 1955. Es un moái del que ni los isleños conocían su existencia y por el que quedaron muy sorprendidos. Un moái más pequeño, con rasgos más redondeados, con lo que parece una pequeña barba, piernas flexionadas y las manos posadas sobre ellas, con una forma totalmente distinta a los demás. Se especula con que fuera un moái tardío, o por el contrario, uno de los primeros, o incluso que fuera solo una representación de un escultor.

Moái arrodillado, Isla de Pascua

Desde el lugar donde está este moái arrodillado, puede verse en la lejanía la plataforma Ahu Tongariki, la de los quince moáis, con el volcán Poike al fondo (ver entrada anterior).

Moái arrodillado, Isla de Pascua
 Al fondo de la foto puede apreciarse la bahía de Ahu Tongariki o de los quince moáis.

Según Thor Heyerdahl, hay gran parecido entre este moái arrodillado y las estatuas de la cuna de la civilización inca, Tiahuanaco, a las orillas del lago Titicaca:


Como datos prácticos: la entrada a Rano Raraku sólo es posible hasta las 18h, aunque una vez dentro se permite estar hasta las 21h (por lo menos en diciembre de 2016/enero 2017). A la salida pueden pedirte revisar las fotos hechas para asegurarse de que no se han tocado los moáis.

Rano Raraku, Isla de Pascua 
Como novedad de 2016, con el precio de una entrada al Parque Nacional que es la Isla de Pascua, sólo se permite una visita a Rano Raraku (anteriormente las visitas no estaban limitadas). Al entrar te ponen un sello en el pase (con el que controlan que ya has pasado la única vez permitida). Para los coleccionistas puede ser uno de los tres sellos que te puedes llevar de la isla en el pasaporte (los otros dos, en el volcán Rano Kau y en la oficina de correos de la población Hanga Roa):

1 comentario:

  1. Definitivamente me ha encantado la isla!!!!
    Aunque me produce un desasosiego el abandono de tantos moais. Qué pena no saber por qué.
    Preciosas imágenes. Estupenda información.
    Besetes

    ResponderEliminar