Por la tarde continuamos el recorrido guiado por Cuzco.
Se supone que la ciudad fue trazada por los incas con forma de puma. Y recorriéndola pueden verse señales en el suelo que indican hacia donde estaban los territorios incas (llamados suyos o suyus) con respecto a la forma de puma que originalmente tenía la ciudad:
(dejo en el recorte de la foto, estas zapatillas peruanas tan bonitas ;-))
El imperio inca se denominaba Tahuantinsuyo, y sus cuatro territorios eran los que se ven en este mapa, así dispuestos con respecto a la ciudad de Cuzco (en blanco en el mapa):
Actualmente la forma de la ciudad es esta, según Google Maps (por supuesto la ciudad ha crecido, y la forma que de puma pudo tener la parte antigua, se ha perdido):
Calle Márquez
Aquí puede verse el Templo de la Merced a la derecha y al fondo la Iglesia de la Compañía en la Plaza de Armas:
Plazoleta Comandante Ladislao Espinar
Calle Mantas
En la Plaza de Armas, en la parte marcada, hay unas piedra/esculturas que conmemoran uno de los acontecimientos más sangrientos de la historia de esta plaza:
En este lugar fue donde el noble mestizo Túpac Amaru II (también llamado José Gabriel Condorcanqui Noguera, que fue Marqués de Oropesa), descendiente de Túpac Amaru I (último rey inca, ejecutado en esta plaza), fue condenado a ver morir a dos de sus tres hijos, a su mujer y varios familiares y colaboradores, y a ser él mismo desmenbrado (cosa que no fue posible) y finalmente decapitado y descuartiazado, por levantarse en armas y acudillar un moviento de rebelión contra el Reino de España (aunque al inicio de su rebelión afirmó que su intención no era ir en contra del rey, sino en
contra del "mal gobierno" de los corregidores) en 1781 (durante el reinado de Carlos III).
Después continuamos recorriendo las calles...
Y en ellas, descubrimos unos carteles llamativos, que el guía nos aclaró, un poco. Y es que en Cuzco hay locales que se ofrecen a darle al visitante la posibilidad de probar acompañado/guiado por un chamán, una bebida procedente de la zona del Amazonas (cercana ya a Cuzco) llamada Ayahuasca (o Yagé), con la que se supone se consiguen estados de consciencia (o inconsciencia) catárquicos y de carácter iniciático (ya sé que no se entiende). Aya significa espíritu y Huasca, cuerda, siendo esta bebida, la soga que permite que el espíritu salga del cuerpo sin que ambos se separen:
Así llegamos a la cuadra Inca Roqa (que rodea el Palacio del Inca Roqa, hoy Palacio Arzobispal) en la que los sillares incas son francamente espectaculares. Pesan toneladas. ¿Cómo se transportaron, pusieron unos sobre otros y se tallaron para que encajaran de una forma tan perfecta?
Yo creo que un montón de mano de obra esforzada, "dispuesta" y "asequible", muchísmo tiempo disponible y la idea de que todo durara una eternidad.
Este es el Palacio de Inca Roca o Hatunrumiyoq (que significa "la casa que tiene piedras grandes"). Sobre él se construyó la casa colonial de la familia Valverde Contreras y Xáraba (Marqueses de Rocafuerte) durante la conquista. Hoy es el Palacio Arzobispal y Museo de arte religioso.
... donde se encuentra la famosa piedra de los ¡doce! ángulos, con la que todo el mundo quiere fotografiarse, y que constituye un desafio a la paciencia y esfuerzo de los obreros talladores y montadores de estos inmensos bloques de piedra (que normalmente, y para hacer un trabajo más sencillo, deberían tener cuatro esquinas o ángulos):
Tan famosa es esta piedra, que aparece en la botella de cerveza más famosa de Perú, la cerveza cusqueña:
Todavía nos quedaba una panorámica de la Plaza de Armas al atardecer:
Unas cuantas subidas y bajadas por la empinada cuesta de San Blas (donde hay montones de tiendas de artesanías cuzqueñas):
Una estupenda cena a la luz de las velas, en el patio del Restaurante Pachapapa, en la calle Carmen Bajo, frente a la Iglesia de San Blas (construida sobre el templo inca al dios del trueno, y que por cierto me quedé con ganas de ver por dentro). Con platos muy peruanos: ceviche, ají de gallina, carne de llama y buenísmos jugos:
Imagen de Túpac Amaru II
Después continuamos recorriendo las calles...
Calle Santa Catalina Angosta
Calle San Agustín
Y en ellas, descubrimos unos carteles llamativos, que el guía nos aclaró, un poco. Y es que en Cuzco hay locales que se ofrecen a darle al visitante la posibilidad de probar acompañado/guiado por un chamán, una bebida procedente de la zona del Amazonas (cercana ya a Cuzco) llamada Ayahuasca (o Yagé), con la que se supone se consiguen estados de consciencia (o inconsciencia) catárquicos y de carácter iniciático (ya sé que no se entiende). Aya significa espíritu y Huasca, cuerda, siendo esta bebida, la soga que permite que el espíritu salga del cuerpo sin que ambos se separen:
Así llegamos a la cuadra Inca Roqa (que rodea el Palacio del Inca Roqa, hoy Palacio Arzobispal) en la que los sillares incas son francamente espectaculares. Pesan toneladas. ¿Cómo se transportaron, pusieron unos sobre otros y se tallaron para que encajaran de una forma tan perfecta?
Yo creo que un montón de mano de obra esforzada, "dispuesta" y "asequible", muchísmo tiempo disponible y la idea de que todo durara una eternidad.
Este es el Palacio de Inca Roca o Hatunrumiyoq (que significa "la casa que tiene piedras grandes"). Sobre él se construyó la casa colonial de la familia Valverde Contreras y Xáraba (Marqueses de Rocafuerte) durante la conquista. Hoy es el Palacio Arzobispal y Museo de arte religioso.
Como parte del perímetro de esta casa, la calle Hatun Rumiyoc...:
... donde se encuentra la famosa piedra de los ¡doce! ángulos, con la que todo el mundo quiere fotografiarse, y que constituye un desafio a la paciencia y esfuerzo de los obreros talladores y montadores de estos inmensos bloques de piedra (que normalmente, y para hacer un trabajo más sencillo, deberían tener cuatro esquinas o ángulos):
Tan famosa es esta piedra, que aparece en la botella de cerveza más famosa de Perú, la cerveza cusqueña:
Todavía nos quedaba una panorámica de la Plaza de Armas al atardecer:
y desde los balcones de un café de la plaza
Unas cuantas subidas y bajadas por la empinada cuesta de San Blas (donde hay montones de tiendas de artesanías cuzqueñas):
Una estupenda cena a la luz de las velas, en el patio del Restaurante Pachapapa, en la calle Carmen Bajo, frente a la Iglesia de San Blas (construida sobre el templo inca al dios del trueno, y que por cierto me quedé con ganas de ver por dentro). Con platos muy peruanos: ceviche, ají de gallina, carne de llama y buenísmos jugos:
Y la visión de los cerros de Cuzco iluminados por la noche:
La verdad es que Cuzco es una pasada!!!!
ResponderEliminarLo malo es retener el nombre de algunas calles ; )
Y como siempre, los españoles tan suaves y delicados….Pobre Tupac Amaru II y allegados!!!
Besetes