Muy cerca de Puerto Natales, a unos cinco kilómetros, quedan edificaciones de una población llamada Puerto Bories, construída al abrigo de la industria ganadera que los colonos instauraron en estas tierras.
Las primeras 300 ovejas fueron traídas en 1877, por los europeos, desde las Islas Malvinas. Y como parece que se criaban estupendamente, en 1893 (hacía 75 años que Chile se había independizado de España), se creó la "Sociedad Explotadora de Tierra de fuego". Y en esta zona del Seno Última Esperanza, una gran planta para el tratamiento de la carne y los subproductos que el ganado generaba (piel, lana, grasa).
Entrada a las instalaciones actuales en una especie de ascensor con raíles.
Vistas desde las edificaciones de la planta.
La instalaciones comprendían, esquiladoras, lavaderos de lana, mataderos, secaderos de pieles, plantas para el tratamiento de la carne, talleres, frigorífico para la conservación, maquinaria para empaquetar dicha carne, y un muelle desde el que embarcar todo ese género hasta sus principales compradores en Europa.
Muelle para embarcar los productos.
Antiguos talleres y almacenes.
Las instalaciones llegaron a ser tan importantes que aglutinaban el tratamiento del ganado de toda la zona chilena y argentina. Y el número de trabajadores llegó a ser tan elevado, que alrededor de esta gran "fábrica", se construyeron casas, colegio y otras dotaciones que dieran soporte a las familias de los empleados.
Empleados de la fábrica en 1920.
La planta de procesamiento, conocida como "Frigorífico Bories" construida en estilo industrial post-victoriano inglés, estuvo en funcionamiento durante sesenta años y fue abandonada en los años 70. Se declaró Monumento Histórico Nacional de Chile en 1996.
Después de tantos años de abandono, los herederos de los dueños de aquella gran planta de procesamiento, han creado un gran hotel de lujo (de no menos de 400 dólares la noche) y un museo a lo largo de las salas donde se conserva la maquinaria y las herramientas de la época.
El restaurante y museo se pueden visitar aunque no se esté alojado (que es lo que nosotros hicimos).
El hotel llamado "The Singular Hotel Patagonia", funciona bajo la cadena "The Singular Hotels" (con otra sede en la capital, Santiago). Y vaya que sí que es singular, por su historia, decoración y emplazamiento. Realmente bonito.
Una pena que lo que nos lleva hasta aquí no sea nada bonito (y recalco que ya hacía 75 años que Chile y Argentina se habían independizado de España*): los damnificados de toda esta historia fueron los habitantes (desde 9000 años antes) de estas tierras, fundamentalmente las tribus selk'nam (también llamados onas).
Como los colonos blancos cercaban las tierras y las dedicaban a las ovejas, los selk'nam se vieron desplazados y cada vez más recluidos hacia la sur (a las zonas más inhóspitas). Además los colonos eliminaban a los animales autóctonos de los que estas tribus originarias se alimentaban: los guanacos.
Así que los selk'nam se vieron abocados a alimentarse de lo que ellos llamaron "guanacos blancos": las ovejas.
Esto hizo que los colonos ganderos organizaran verdaderas cacerías destinadas a eliminar a los selk'nam en lo que se ha dado en llamar "el genocidio selk'nam". Entre los genocidas o impulsores directos o indirectos de estas batidas se hallan nombres como en rumano Julio Popper (que incluso fotografió "estas batidas"), el neozelandés Alexander A. Cameron, el argentino Ramón Lista, o el asturiano José Menéndez Menéndez (a través su administador de fincas, el escocés Alexander Mac Lennan).
Así que como resultado de las enfermedades que los colonos trajeron a estas tierras y del exterminio al que se vieron sometidos, hacia 1980 quedaban unos nueve descendientes selk'nam puros, y en 1999 (aunque ambas fechas varían según la fuente que se consulte) falleció la última representante pura de esta raza.
Después de tantos años de abandono, los herederos de los dueños de aquella gran planta de procesamiento, han creado un gran hotel de lujo (de no menos de 400 dólares la noche) y un museo a lo largo de las salas donde se conserva la maquinaria y las herramientas de la época.
El restaurante y museo se pueden visitar aunque no se esté alojado (que es lo que nosotros hicimos).
Vistas desde las habitaciones.
Grupo de selk'nam.
Como los colonos blancos cercaban las tierras y las dedicaban a las ovejas, los selk'nam se vieron desplazados y cada vez más recluidos hacia la sur (a las zonas más inhóspitas). Además los colonos eliminaban a los animales autóctonos de los que estas tribus originarias se alimentaban: los guanacos.
Guanaco en Torres del Paine.
Así que los selk'nam se vieron abocados a alimentarse de lo que ellos llamaron "guanacos blancos": las ovejas.
Selk'nam ataviados para sus rituales.
Esto hizo que los colonos ganderos organizaran verdaderas cacerías destinadas a eliminar a los selk'nam en lo que se ha dado en llamar "el genocidio selk'nam". Entre los genocidas o impulsores directos o indirectos de estas batidas se hallan nombres como en rumano Julio Popper (que incluso fotografió "estas batidas"), el neozelandés Alexander A. Cameron, el argentino Ramón Lista, o el asturiano José Menéndez Menéndez (a través su administador de fincas, el escocés Alexander Mac Lennan).
Grupo de "cazadores de indios".
Así que como resultado de las enfermedades que los colonos trajeron a estas tierras y del exterminio al que se vieron sometidos, hacia 1980 quedaban unos nueve descendientes selk'nam puros, y en 1999 (aunque ambas fechas varían según la fuente que se consulte) falleció la última representante pura de esta raza.
Niños selk'nam en 1898.
* de lo que se deduce que los gobiernos chileno y argentino, y sus ciudadanos, ya independientes, ignoraron, promovieron o "dejaron que pasaran" cosas como aquellas de las que los españoles han sido acusados durante la colonización de América.
La especie humana, concretamente el macho humano, a veces, debería extinguirse….Vaya panda!!!!
ResponderEliminarBesetes