De vuelta a San Pedro de Atacama el paisaje se va llenando de cactus:
Pudimos pasear de día las calles de San Pedro (siempre habíamos llegado cuando el sol se había puesto):
Y ver (por fuera) la iglesia de San Pedro, que siempre está encalada, pero en este momento estaba en obras, por lo que se veía del color del adobe del que están hechas casi todas las construcciones del pueblo:
Esta es su imagen habitualmente:
A la salida del pueblo las cárcavas llenan el paisaje al borde de la carretera:
El pueblito muy pintoresco
ResponderEliminarLas cárcavas impresionantes.
Y la iglesia, de adobe, parece de galleta. Muy chula.
Besetes