viernes, 11 de septiembre de 2015

Dioramas en el metro de Santiago de Chile III: Puente de Calicanto

Aunque el río Mapocho que pasa por Santiago, actualmente tiene este aspecto:

Río Mapocho Santiago Chile

Seguramente porque está encauzado, porque sus aguas se utilicen para regadío en todo su cauce, tal vez porque esté embalsado (no lo sé), también dependiendo de las lluvias, la época del año, o los deshielos, el cambio climático... el caso es que el Mapocho que ahora parece poca cosa (hasta el Manzanares parece mayor), en tiempos debió ser un río bastante caudaloso, pues hay crónicas que cuentan:
"El río viene tan grande que no se puede pasar sin gran riesgo y en excelente caballo por la calle de Santo Domingo y de Santiago de Azoca que van derecho al mar, llenas de agua. Dos ríos pasan por la Plaza Pública, uno por la calle de Pedro Gómez y casa del Cabildo hácia el mar. El otro corre por la calle de la Merced, y tan caudaloso, que llega a la cincha de los caballos, y estuvo por afogar varios indios que intentaban cruzarlo"

Nicolás de Gárnica, Santiago de Nueva Extremadura, 1574.
Por ello, cuando la ciudad de Santiago empezó a extenderse por la rivera norte del Mapocho, se planteó la posibilidad de construir un gran puente que conectara las dos orillas. Así que en 1767, el corregidor de Santiago de la época, Luis Manuel de Zañartu, mandó iniciar las obras de un gran puente que no fuera destruido, como los construidos hasta entonces, por las crecidas del río. 

Este corregidor vasco (nacido en Oñate, en 1723) parece que fue un personaje de fuerte caracter, empeñado en acabar con cualquier forma de dispendio o desorden público, que incluso llegó a recluir a sus dos únicas hijas de 9 y 11 años en un convento construido a su cargo para apartarlas de cualquier "inmoralidad".

 Retrato de Luis Manuel de Zañartu junto a su esposa Doña Carmen Errázuriz Madariaga.

Zañartu (que vigiló personalmente las obras) empleó para la construcción del puente, la mano de obra "forzada", primero de reos, y cuando estos escasearon por lo riguroso del trabajo, de vagabundos, borrachines y culaquier personaje díscolo que el corregidor se encontrara en sus paseos por la ciudad

Se realizó un puente de 202 metros de largo, de los cuales 120 pasaban sobre el río y los otros 82 eran rampas a los costados del puente. Tenía 12 metros de altura, nueve arcos, y una anchura de 8'4 metros, lo que permitía el paso de carruajes en ambos sentidos, además de peatones y tenderetes en su recorrido

Se construyó usando cal, piedra (cantos, y "cantos" de los reos que trabajaban en él) y ¡más de 200.000 huevos! como aglutinante. Una pena que tantos huevos fueran ignorados, porque el puente pasó a llamarse el puente de "Calicanto" o de "Cal y canto". Su construcción terminó en 1782, dos meses antes de que Zañartu falleciera.

 Puente de cal y canto hacia 1850.

Se cuenta que Zañartu pactó con el diablo para construir el puente en un tiempo récord. Ese pacto implicaba la muerte del primero que cruzara el puente, "privilegio" que correspondía al corregidor como impulsor de la obra. Parece que Zañartu recorrió a caballo la mitad del puente, y allí se bajó y azuzó al animal para que lo cruzase solo. Dicen que el caballo cayó desplomado al llegar al final. 

Vista del puente en 1860

Con el tiempo, las crecidas obligaron también a encauzar el río, de forma que "domeñado", el río quedó ridículo ante el puente, o el puente estaba ya muy sobredimensionado (de hecho se dice que de los nueve arcos, tres nunca fueron tocados por las aguas). El caso es cuando buena parte de la vida de la ciudad ya giraba alrededor del puente: mercado de frutas, dulces, confecciones, boticas,..., la decisión de demoler este "demasiado puente para tan poco río" en 1888, no cayó nada bien entre la población para la que era ya un símbolo de la ciudad.
"... Aún después de terminada la canalización del Mapocho, no habría habido la menor necesidad de destruir su magnífico puente: la utilidad de éste en todo caso, y el patriotismo, demandaban su conservación. ¡Qué gran desgracia para la ciudad! Chile, con toda su riqueza de hoy, no podrá jamás hacer de nuevo un puente como el de Cal y Canto".

Extractos de diarios de la época, Santiago, agosto de 1888.


Pero esto de fulminar lo viejo para construir algo nuevo parece propio de esta ciudad y posiblemente esté en los genes que algunos trajeron a estas tierras...

Imagen de la demolición del puente.

Lo que actualmente queda de este puente es un monolito en la rivera norte (en el lugar donde estuvo), una calle llamada "calle Puente" que va desde donde estaba el puente hasta la Plaza de Armas, y una estación de metro en la línea 2, llamada "Puente Cal y Canto" en la que se encontraron partes de la estructura de los cimientos del puente (que llegaron a profundizar 4'2 metros) cuando fue construida en los años 80. 

Restos Puente de Calicanto en el metro de Santiago Chile
Restos del puente en la estación de metro.

Placa en recuerdo del Puente de Calicanto en el metro de Santiago Chile


Así que dentro de la estación hay uno de los dioramas creados por el artista Zerreitug, recordando la construcción de dicho puente:

Diorama del Puente de Calicanto en el metro de Santiago Chile

Diorama del Puente de Calicanto en el metro de Santiago Chile

Diorama del Puente de Calicanto en el metro de Santiago Chile

Diorama del Puente de Calicanto en el metro de Santiago Chile

Detalle del corregidor revisando las obras

Diorama del Puente de Calicanto en el metro de Santiago Chile

Diorama del Puente de Calicanto en el metro de Santiago Chile

4 comentarios:

  1. Interesante historia de la estupidez humana: construir para destruir.
    Muy bien documentado y las fotos son magníficas para "entender" el proceso.
    Por otra parte…qué pena de huevos!!!
    Besetes

    ResponderEliminar
  2. Pues yo no sabía de la calle puente o.o Qué interesante todo esto xD ^-^

    ResponderEliminar
  3. Pues yo no sabía de la calle puente o.o Qué interesante todo esto xD ^-^

    ResponderEliminar
  4. Que bien explicado. Dan ganas de ver ese monolito en la Rivera norte y los dioramas.
    Amelia sigue contando cosas tan instructivas.

    ResponderEliminar