Después del paseo por el campo de lava de bahía Sullivan (ver entrada anterior), nos metimos en agua.
Había un poco de todo: desde fondo arenoso aparentemente yermo, hasta costa de roca con estrías de la lava que habíamos visto fuera.
Algunas tortugas verdes camufladas en su medio.
Al sacar la cabeza del agua, podíamos ver la isla Bartolomé:
O la costa volcánica de la isla Santiago:
Estrías de lava en las rocas bajo el agua.
Pez globo o erizo, detrás de él un pez damisela de cola amarilla.
Otro pez globo o erizo.
Y entre ellas, diversos tipos de peces.
La vista de las dos islas (Bartolomé y Santiago) entre las que están las aguas de la bahía Sullivan:
Acabado el snorkel, nos despedimos de estas preciosas islas.
Ya de noche, la luz atraía a los peces, y estos a los tiburones y a los leones marinos (que dan mil vueltas a los anteriores).
Al final (la
camára no podía captarlo), aquello era una enorme sopa de peces, leones marinos
haciendo cabriolas, y tiburones tan despistados que hasta los pelícanos
se posaban en el agua con total tranquilidad.
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