viernes, 8 de diciembre de 2017

Incendio de la Iglesia de la Compañía de Jesús

El 8 de diciembre de 1863, un día de la Inmaculada, a finales de la primavera austral, más de dos mil personas, en su mayoría mujeres y niñas, acudieron a uno de los pocos actos sociales que les estaban permitidos independientemente de su condición social, en una sociedad tan segmentada: la celebración de una misa en la céntrica Iglesia de la Compañía de Jesús

Esta iglesia competía en importancia y casi en tamaño con la Catedral, detrás de la cual se ubicaba:


Eran las siete menos cuarto de la tarde, cuando, con el templo ya repleto (había incluso gente sentada en el suelo sobre mantas y ponchos), el sacristán, al encender las velas en el altar, abrió en exceso la llave de la parafina (que haría iluminar una gran media luna a los pies de la Virgen). La llama se elevó demasiado, prendiendo la decoración de telas. A pesar de los intentos por apagar estas llamas iniciales, todo alrededor era combustible: maderas, telas, papel y otras más de dos mil velas por doquier. 

Litografía de la Iglesia de la Compañía de Jesús en 1857 

El incendio fue pavosoroso. Y las puertas de la iglesia que se abrían hacia adentro y que se cerraban para evitar que la gente accediera a la celebración una vez empezada, así como los complicados trajes de época que impedían moverse con agilidad, contribuyeron a que la tragedia, por fuego, avalancha (dicen que se creó un muro humano de más de cuatro metros) y finalmente hundimiento del templo, se llevara por delante a casi el uno por cierto de la población de Santiago (que en aquel entonces contaba con dos millones de habitantes).

 Vista hacia el oeste de la Plaza de Armas de Santiago en 1861. La antigua Catedral queda en primer plano, y de la Iglesia de la Compañía se verían su torre y la cúpula, tras unos edificios bajos de la plaza, cuyo lugar actualmente es ocupado por el Arzobispado de Santiago.

La iglesia se convirtió en una horno, una gran tea visible desde todo el valle en el anochecer. La gente que intentaba sacar desde fuera a los que huían del fuego, era arrastrada por un mar de brazos a la trampa en que el templo se había convertido.

 Grabado francés representado el incendio de la Iglesia de la Compañía (aunque las escalinatas no existieron en realidad).

Estado de ruinas en el que quedó la iglesia.

El nueve de diciembre amaneció entre los escombros humeantes. Del desastre (del que se hicieron eco muchos medios internacionales de la época), quedaron las campanas del templo, de las que algunas, fueron posteriormente vendidas al peso a los ingleses. En 2010 se trajeron de vuelta al país para crear un monumento que recordara la tragedia.

Algunas de las campanas que pertenecieron al templo en el lugar que este ocupó. Detrás, monumento conmemorativo.

El templo de la Compañía de Jesús, originalmente llamado de San Miguel Arcángel, (al que los jesuitas trajeron la reliquia del cráneo de Santa Úrsula, una de las once (mil) vírgenes), construido entre 1595 y 1631 (en los solares adquiridos que un día fueron entregados a Rodrigo de Quiroga, el que acabó siendo esposo de Inés de Suárez), reconstruido tras los terremotos de 1647 y 1730, y un incendio en 1841, ya nunca volvió a levantarse. En el lugar que ocupaba, hoy hay unos jardines junto al edifico del Ex Congreso de la Nación (actualmente, por descentralización, en funcionamiento en la ciudad de Valparaíso), con algunas de las campanas que una vez sonaron en él, y una estatua gemela a la que en el Cementerio General marcó el lugar de la fosa común a la que fueron llevados los cuerpos de las personas fallecidas.

Edificio del Ex Congreso de la Nación, Santiago de Chile
 Monumento conmemorativo en el lugar donde estuvo el altar y se inició el incendio. Al fondo el edifico del Ex Congreso de la Nación.

Una de las campanas se llevó a la Ermita del Cerro de Santa Lucía, y otra a los patios de la Primera Compañía de Bomberos de Santiago, para recordar que el cuerpo de bomberos (que esta formado por voluntarios y hasta la actualidad vive en gran medida de las donaciones de la población) fue creado a partir de esta tragedia.

 Primer Directorio del Cuerpo de Bomberos de Santiago 1870

En Santiago de Chile, a veinte días del mes de Diciembre de 1863, a consecuencia del voraz incendio del Templo de la Compañía, que en la tarde del 8 del corriente arrebató a Santiago dos mil madres e hijas de familia, numerosos vecinos de esta ciudad se han reunido espontáneamente en los salones del casino de la Filarmónica con el propósito de formar un Cuerpo de Bomberos Voluntarios que prevengan en lo futuro desgracias de igual origen. De común acuerdo convinieron en adoptar, en general, para este Cuerpo la organización y régimen del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso y organizar desde luego tres Compañías de Bomberos, con denominación: del Oriente (actual 1ª, Director José Besa), del Sur (actual 2ª, Director Manuel Recabarren) y del Poniente (actual 3ª, Director Enrique Meiggs), y una Compañía de Guardias de Propiedad (actual 6ª, Director Manuel Antonio Matta).
Acta de Fundación del Cuerpo de Bomberos de Santiago (CBS)
Cuartel General del Cuerpo de Bomberos, Santiago de Chile
Cuartel General del Cuerpo de Bomberos (edificio inaugurado en 1895).

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