Visitamos una de las bodegas de la mayor compañía de vinos de Latinoamérica, y una de las diez empresas vinateras más grandes del mundo: Concha y Toro.
Esta bodega está situada en la comuna de Pirque (en el valle del río Maipo) antiguamente conformada por haciendas agrícolas y ganaderas, y hoy casi asumida por la ciudad de Santiago.
La compañía Concha y Toro, actualmente controlada por las familias Guilisasti y Larraín, fue originalmente fundada en 1883 por Don Melchor de Santiago Concha y Toro que fue empresario, abogado, político, senador y séptimo marqués de Casa Concha.
En 1875, Don Melchor construyó una casona con influencia de arquitectura francesa con extensos jardines,
junto a la que plantó unos viñedos con cepas traídas de Francia, asesorado por el enólogo francés Monsieur Labouchere, estableciendo así la primera bodega del imperio vinatero que la compañía es hoy.
La empresa Concha y Toro comercializa marcas como: Don Melchor (Cabernet Sauvignon), Amelia (Chardonay), Terrunyo (distintas variedades), Frontera (distintas variedades) y las más conocidas Marqués de Casa Concha y Casillero del Diablo.
Casillero del Diablo debe su nombre a una leyenda que cuenta que Don Melchor reservaba una partida de los mejores vinos que se producián en su hacienda en una zona de la bodega subterránea llamada casillero. Don Melchor se dio cuenta de que algunas de las botellas iban desapareciendo, así que para evitar que se las siguieran robando, hizo correr el rumor de que en ese casillero habitaba el diablo.
Para
dar veracidad a su engaño, la leyenda dice que Don Melchor soltaba por
las noches, un toro bravo que con sus ruídos y embestidas en la
oscuridad, hacía pensar al que por allí pasara, que efectivamente algún
ser extraño se movía alrededor del casillero.
Durante la visita a la bodega, proyectan en la osucridad, con luces y sonido sobre una de las paredes de antiguo ladrillo, la leyenda del Casillero del Diablo.
Al final de la visita, junto al restaurante de la bodega, como hacía pocos días de las fiestas patrías, allí seguían dale que te pego, bailando cuecas:
Pues es una chulada de sitio……con diablo o sin él.
ResponderEliminarBesetes