Por la tarde recorrimos la costa norte de la Isla Santiago, para llegar al lado opuesto al lugar donde habíamos pasado la mañana.
Íbamos a desembarcar en Puerto Egas: una bahía desde la que se realiza un paseo a lo largo de la costa, en la que pueden verse un montón de bichejos y un precioso paisaje.
Recorrido desde la bahía de la Isla Bartolomé donde hicimos snorkel (ver entrada anterior) hasta el Puerto Egas.
Fuente Wikipedia: De Bamse - own work, using:File:Ecuador Galápagos Islands location map.svg by NordNordWest, GFDL, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=48966286
Las oportunistas fragatas nos acompañaban todo el tiempo (quizá esperaban que pescaramos algo).
En el mar podían verse manta-rayas saltando increíblemente como delfines. Aunque parece que ese comportamiento es bastante normal. Según los marineros del barco, todos los bichejos del mar saltan ocasionalmente fuera del agua, menos las tortugas. Por supuesto, era imposible fotografiar algo así. Imposible predecir en el inmenso mar, donde va a saltar una manta-raya (ya que no van en grupo como los delfines o ballenas), ni lo hacen de forma repetitiva.
La costa de la Isla Santiago, en la que se perciben claramente, recientes ríos de lava.
Y las cimas de los volcanes que han dado lugar a las islas.
Al desembarcar en la playa, nos dimos cuenta de que todas las cámaras de fotos que llevábamos, se habían quedado en el barco, preparadas en la bolsa especial para que no se mojaran (!). No pude evitar soltar una retahíla de tacos bastante larga y aderezada. Afortunadamente, al ver mi reacción (vergüenza tengo aún), el guía nos dijo que no había problema, y que uno de nosotros podía volver al barco en la lancha, para recoger la bolsa con las cámaras. Yo me quedé en la playa observando en la distancia, como todos los compañeros guiris (no entendían el español), preguntaban al guía que era lo qué yo había dicho con tanta sonoridad, y vehemencia. Así que ahí me tenéis pasando tremenda vergüenza, mientras el guía traducía, como podía, al inglés, a lo "Astérix legionario", un buen párrafo de improperios del castellano viejo (y todos escuchando muy interesados, como los compañeros de Astérix y Obélix en el cómic).
Ya en la playa donde desembarcamos, se seguían viendo los volcanes:
Y menos mal que llegaron las cámaras de fotos, porque el paisaje de la playa era sencillamente bellísimo.
León marino sesteando en este paisaje de "chocolate volcánico".
Un poco más difícil ver a estos cangrejos de roca negros.
Hasta la humedad (espontánea) de las rocas parecía satisfecha con el paisaje.
Un ser extraño (¿?) en los charcos de agua de mar.
Atravesando este arco, comenzaba el sendero a lo largo de la costa:
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